Vidas que conocer. Personas que encontrar. Correr por calles aún desconocidas. Saltar numerosos baches. Tropezar con piedras, piedritas y montañas. Heridas que todavía hay que curar. Heridas que cicatrizar. Hacerse nuevas heridas. Paisajes que disfrutar. Volver a tropezarse con alguna piedra anterior. Canciones que oir. Lugares que conocer. Darse algún caprichito. Sacrificios que hacer. Melodías que inventar. Amigos a los que esperar. Nuevas comidas que probar. Sonrisas que robar. Pedir abrazos. Regalar abrazos. Explicaciones que pedir. Explicaciones que no dar. Pasarse tardes jugando como cuando niños. Ignorar. Romper platos. Aprender. Gritar desde lo alto de algún lugar. Mentir. Dormir hasta que duela. Perder la vergüenza. Perder algún objeto valioso. Pasarse un tiempo solo con la luz de las velas. Pedir un deseo para cada una de las personas a las que se quiere. Desear lo mejor a quien no te lo desea a ti. Perder la cabeza. Estar un día entero en completo silencio. Tener fe. Bailar sin música. Cantar hasta perder la voz. Sentir nuevas sensaciones. Decir lo que nunca se ha dicho. Pensar lo que no esperabas. Vendarse lo ojos para escuchar lo que pasa desapercibido. Taparse los oídos para sentir. Andar sin rumbo hasta perderse. Mirar fijamente a los ojos. Encontrar el camino de regreso. No regresar.
Debería ponerme manos a la obra ya.
Debería ponerme manos a la obra ya.
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