martes, 11 de enero de 2011

Las cosas que pasan que no son cosas.

Puedes levantarte cada día, mirarte al espejo, guiñarte un ojo, ducharte, vestirte, peinarte, calzarte, preparar el café, las tostadas, desayunar, salir corriendo, y llegar a tiempo al trabajo/clase.
Y también puedes quedarte más tiempo de la cuenta en la cama, romper el espejo, que te entre algo en el ojo, que no haya agua caliente, vestirte y ponerte la ropa del revés sin darte cuenta, ponerte un zapato de cada color, que se te vierta el café, que no haya pan para tostadas, irte sin desayunar, salir corriendo y olvidarte las llaves o el móvil y claro está, llegar tarde al trabajo/clase.
Y esto pasa, como pasan las cosas que no son cosas, que no deberían de ser cosas, que no deberían pasar. Y esto pasa como cuando todos los semáforos están en rojo, o como cuando sientes que sobras de algún lugar, o como cuando te olvidas de aquello tan importante que tenías que hacer. O como cuando en algunos momentos te falta una persona al lado o simplemente está "fuera de cobertura". Y por mucho que le llamas y te mueves para conseguir cobertura no consigues contactar. Y te sientes inútil, que no haces todo lo que podrías hacer. Que te encantaría poder llegar mucho más allá de lo que llegan las llamadas y darle un achuchón que le rompa cinco costillas.
Pero esas no son las cosas que pasan, lo que pasa no son cosas, son basura de la vida.
Mientras tanto seguiré llamándote. Quizás cuando "recuperes la cobertura" te des cuenta de que aunque no estuvieras disponibles....yo siempre lo estuve.







No te condenes a mirar aviones despegar.
Despójate de esta ciudad.
Si las dudas no te dejan volar....Tú sabes volar.


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